
Hola realidad. Te escribo quizás para que dejes de pegarme un poco. Y contarte que duele. Las lágrimas llegan a mojar mi vestido y mi almohada está cansada. Me faltan palabras y ansias. Me falta tanto. Me enjaulo en los vicios de observar por horas la luz entrando fantasmal por mi ventana. Otra vez soñando un despertar.
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