Y se debían tanto y pagaban creando un propio negocio de besos inagotables. Y volaban en la riqueza de un amor. Entre voces y acordes, se cantaban. En susurros y caricias, descubrían sin miedo un ¿para siempre?
Ambos jugueteaban con la idea, y soñaban ese futuro incierto y feliz. Difícil, claro, dulce.
Y sin duda, insoportable. Pero ay, como te quiero. Como te extraño.
Quereme. Quereme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario