sábado, 30 de julio de 2011

Tomados de las manos, desentonábamos con el sol que desaparecía en la tarde, y la ternura envolvía cada rincón. Tus besos dulces posados sobre mi boca. Tu sonrisa tibia deslumbrando cada uno de mis sentidos. La sombra entre cada una de las hojas de cada árbol que asomaba lejos. Una mirada y el deseo de tenerte por siempre. Es como si encajáramos como en un sueño, descubriendo la perfección. 
Y la oportunidad de amarte brilló en ambos, acurrucados en una realidad palpitante. Hoy te amo. Me enamoré de tus ojos mudos gritando otro te amo apasionado.
Y siento que nada es suficiente y todo es real aunque me cueste creerlo. Creo por vos, tantas veces como quieras.

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