Siempre fui tu perro. Siempre. Más ahora.
Te busco. A cada segundo que pasa. Quiero estar con vos.
¿Te das una idea de lo que es para mi?
Soy tu perro, con gusto.
Siempre lo fui.
Pero como todo perro, mis músculos se cansan. Y me vuelvo viejo.
Y ya no rindo. O ya no puedo. Quizá no quiero ser más un perro.
Sería lindo ser alguna vez aquello que se busca. Que me busques. Y que te encante.
Ya no puedo ser tu perro.
Y si ninguno de los dos se busca. Perdemos.
Caemos.
El amor se cae. Y se rompe mi corazón.
Tengo la angustia hasta los pies. Se desintegran las hojas de este cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario