lunes, 11 de abril de 2011

No quiero ver tantos pies en el suelo,
tantas caretas azules.
Tantas jaulas, tantos niños encerrados en las plazas
sin conocer la libertad.

Tantos vicios contaminando la ruta, tanta contaminación
tanta sangre fría, mi amor.
Ni deseos en la punta de los dedos, ni palabras en la punta de la lengua.
Ojos grises en la ciudad.

Quiero ver locos de aquí para allá, tarareando alguna canción.
Correr tomados de la mano, algún que otro beso apasionado
-en el lugar y tiempo equivocado-,
tornando los colores de la vida más atrevidos, y así reir con el viento.
Sin temor.


Y hoy camino por la calle y veo que ya no hay gente con la frente alta, cantando su espacio en el mundo, luchando por ser, orgulloso de ser.
Tan solo encuentro miradas aliadas al áspero e innutil asfalto.
Ojalá caminaramos sobre espejos.



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